La piel y el sol en pacientes oncológicos.

La concienciación sobre los efectos nocivos de los rayos solares es cada vez mayor, todos sabemos que el sol puede
causar daños en nuestra piel.
Los rayos ultravioletas del sol son uno de los agentes más agresivos para el material genético de las células. Cada vez
que inciden con intensidad sobre la piel, dañan nuestro ADN en multitud de puntitos.
Es por eso que, debemos de tener un cuidado especial a la hora de exponernos al sol, sobre todo si estamos en un
período de quimioterapia, ya que puede causar eritemas solares, daño ocular, envejecimiento prematuro cutáneo,
reacciones fotoalérgicas e incluso, cáncer de piel.
Se sabe que el 90% de los cánceres de piel, son consecuencia de la exposición al sol. La prevención y protección son
factores fundamentales, ya que incluso nuestras defensas, se pueden ver alteradas.
Los pacientes con cáncer deben de extremar todas las precauciones, y más, si se trata de tomar el sol durante la quimio.

La piel de las personas en tratamientos de quimioterapia o radioterapia es en esos momentos, extremadamente
sensible.
Así que, en el que caso de exposición, deben tomar ciertas medidas para minimizar el impacto.
Aunque lo recomendable es exponerse lo menos posible, si no puedes evitar tomar del sol durante la quimio, por el
lugar o las circunstancias en las que te encuentras en ese momento, siempre debes tomar precauciones, como utilizar
cremas solares de alta protección, evitar horas centrales del día y usar gafas, gorras y guantes.
Toda precaución es poca, para esos momentos tan delicados, y que, en caso de quemaduras, podría acarrearnos graves
problemas en la piel, y complicarnos los tratamientos.

¿Qué debemos hacer para protegernos del sol con un tratamiento oncológico?

Desde el principio del tratamiento, debemos tener precaución con el sol, incluso hasta un tiempo después de haber
terminado el tratamiento, ya que la piel está especialmente sensible durante este periodo.
Usar siempre una crema de protección total adecuada a nuestra piel. Hay que aplicarla 20 minutos antes de la
exposición al sol y renovarla con frecuencia. Los protectores deben ser hipoalergénicos, testados y formulados para
pieles frágiles.
No nos olvidaremos de zonas también expuestas como orejas, cuello y palmas de las manos y los pies. Esto último es
muy importante, ya que la quimioterapia afecta bastante a la piel y puede ocasionarnos el síndrome mano-pie.
Evitar tomar el sol, en las horas centrales del día, hidratarse bien por dentro y por fuera. Hay que beber agua, de forma
periódica, ¡aunque no se tenga sed!
Usa protectores físicos como gorras, sombreros, turbantes, viseras, gafas de sol, e incluso guantes. Para el baño, existen
prendas y gorros preparados para pacientes con cáncer que actúan como pantalla a la radicación solar.
Cubriremos bien las cicatrices quirúrgicas, que son especialmente sensibles al sol, y pueden volverse más oscuras, para
ello existen parches específicos que ayudaran a protegerlas y atenuarlas.
A la hora de protegernos del sol, no sólo debemos cuidar nuestra piel, tenemos algunas zonas olvidadas que también
son importantes.
Los ojos es una de ella, los protegeremos con gafas de sol.
Usaremos siempre un bálsamo labial, para la protección e hidratación de nuestros labios.
Nos olvidemos las uñas, sol afecta negativamente a la matriz de la uña, que durante la quimio se puede ver afectada
usaremos también aquí una pantalla total.
Y por supuesto, el cuero cabelludo. Su piel está muy sensible, y debe protegerse con una gorra, turbante o sombrero, y
además con un protector solar muy alto. Tomar el sol durante la quimio, exige estar más protegido que nunca y
exponerse lo menos posible, a no ser que las circunstancias no nos lo permitan.
Y siempre, siempre consultar antes con nuestro oncólogo.